ENTREVISTA CON MARÍA DE LOS MILAGROS SKANSI, JEFA DEL DEPARTAMENTO DE
CLIMATOLOGÍA DEL SERVICIO METEOROLOGICO NACIONAL
¿Cómo
se hace un pronóstico climático estacional de mediano plazo?
El primer paso es disponer de los datos locales, regionales
y globales. Luego, todos los meses se hace una reunión con distintos
participantes, donde se evalúa lo que paso desde la reunión anterior (registros
de precipitaciones, temperatura, vientos, etcétera) y se lo compara con los
valores normales de todo el país. De esta manera, se puede saber que ocurrió
con la circulación de la atmósfera en el período analizado y lo que puede
llegar a pasar.
¿Qué factores tienen peso en esta etapa de análisis?
Uno muy importante es el ENSO (El Niño Southern Oscillation), porque tiene relación con el régimen
de precipitaciones y de temperaturas de distintas regiones argentinas. Se
analiza si el océano Pacifico esta en una situación normal, calida o fría y se
procura trazar una perspectiva para el próximo trimestre. También se tienen en
cuenta otros indicadores, por ejemplo, el dipolo del océano Índico, su situación
actual y su probable evolución. Este fenómeno consiste en una oscilación periódica
de las temperaturas de este océano equivalente a la del Pacifico. El dipolo
modula la circulación atmosférica indo-pacífica. Su desaparición rápida al
final del otoño favorece el desarrollo de El Niño, que alcanza su apogeo 14
meses más tarde.
Asimismo, se observa que paso en latitudes mas altas que las
de nuestro territorio, para ver, por ejemplo, como están ingresando los frentes
fríos y hasta donde pueden llegar. También se monitorea la temperatura del océano
Atlántico cerca del territorio nacional y la del mar Caribe, y la evolución del hielo marino. En un mes determinado,
algunos de estos factores pesan más que otros y permiten entender que paso y
sentar las bases para un pronóstico de mediano plazo. También se consideran
ciertos factores agronómicos, como la humedad del suelo, por su capacidad de retroalimentación
a la atmósfera, sobre todo en veranos húmedos. Todos estos datos se tienen en
cuenta en esa reunión de especialistas que se realiza en el Servicio Meteorológico
Nacional para tratar de unificar criterios.
¿Quiénes participan de esa reunión?
Técnicos de distintos departamentos del Servicio Meteorológico
Nacional, como Climatología, Agrometeorología e Hidrología. También vienen
especialistas de la Facultad
de Ciencias Exactas, del CIMA, de Agronomía de la UBA, representantes de la Oficina de Riesgo
Agropecuario y técnicos del lnstituto de Clima y Agua del INTA, entre otros.
En la reunión se discuten los datos disponibles y luego se
cargan los modelos a fin de elaborar un pronóstico aplicable a las distintas
regiones del país, para los próximos tres meses. Esa proyección es tomada por
las entidades participantes, que la difunden también a través de sus canales de
comunicación.
Trabajo Conjunto
Para nosotros, en tanto productores de información climática, es clave el trabajo que desarrollamos en forma conjunta con los usuarios de esa información, así como con diversos organismos científicos.En este sentido, la tarea que llevamos adelante junto con AACREA, el INTA, las universidades, la Oficina de Riesgo Agropecuario, con el apoyo de la NSF (National Science Foundation) y el IAI (lnstituto lnteramericano para el Cambio Global), permitirá hacer mas amigable y útil la información por publicar, y favorecerá nuevos desarrollos técnicos que permitan sacar mejor provecho de la información climática", afirma María de los Milagros Skansi.Un ejemplo del trabajo conjunto es la presente nota, desarrollada a partir de una conferencia de Skansi ante la Comisión de Agricultura de AACREA.
Uso de los pronósticos
¿Cuál es la mayor utilidad de los pronósticos?
Los pronósticos estacionales ayudan a tomar decisiones de producción,
pero no sustituyen a las demás herramientas de planificación que utilizan los
productores. Se trata de análisis probabilísticos, y como tales, tienen un
alcance determinado, no son 100% certeros, por lo que no hay que pedirles más
de lo que pueden dar. Sin embargo, conociendo esas limitaciones, se pueden
convertir en una herramienta muy útil para la toma de decisiones. Eso lo vemos
en el trabajo que estamos llevando adelante con MCREA y con otras instituciones
sobre el uso de la información climática para la toma de decisiones.
¿Por qué a veces fallan los pronósticos?
Los pronósticos estacionales de mediano plazo tienen un
margen de error porque la atmósfera no tiene un comportamiento lineal. Pero es
importante que el usuario del pronóstico sepa como dichos márgenes de error se
modifican según las circunstancias. Los pronósticos más confiables para los próximos
tres meses son los que se formulan a partir de agosto; luego se los debe seguir
para ratificarlos o rectificarlos. En cambio, los pronósticos que se efectúan
de enero a julio tienen una confiabilidad mucho menor y hay que tomarlos con
pinzas, sobre todo para períodos mayores de dos meses.
¿Qué diferencias hay entre el pronóstico de corto plazo y el de largo plazo?
El pronóstico de corto plazo indica como evolucionara la atmósfera
día a día: nubosidad, temperatura, etcétera. Exige identificar donde esta el
frente que puede ocasionar una tormenta, la velocidad del viento, la presión, etcétera.
Cuantos más datos se tengan, mejor va a ser el pronóstico. Para formularlo, se
usan modelos a los que se les cargan los datos e incluyen información satelital
y de radar. Con esa información, el meteorólogo elabora el pronóstico de corto
plazo. En el de largo plazo o estacional, intervienen otros forzantes. El
estado inicial de la atmósfera no importa tanto, sino que se miden otros
indicadores, tales como la temperatura de los océanos, por ejemplo.
Información gratuita
En la página del Servicio Meteorológico Nacional hay una sección de productos relacionados con el estado del tiempo y otra de servicios climáticos. La primera también contiene el pronóstico para cuatro días, las lluvias del día anterior y otros datos de interés para distintas localidades.
En Servicios Climáticos, se puede consultar un pronóstico climático trimestral la información agroclimática; en Vigilancia del Clima se puede observar un mapa y gráficos de monitoreo, que muestran cuanto llovió en los ultimas diez días, en distintas localidades. También están los datos de temperaturas y heliofanfa. lngresando por lnformación Agroclimatica, están las imágenes satelitales: índice verde, áreas con humedad, heladas y otras mediciones. También hay modelos de predicción. Otra sección de la página contiene el estado de El Niño y su potencial evolución. También hay una sección referida el cambio climático.
El Niño
¿Cómo se puede definir el fenómeno El Niño?
Es un fenómeno que acopla el océano con la atmósfera. Esta
asociado a un calentamiento o a un enfriamiento superficial del Pacifico
ecuatorial, pero tiene implicancias en lo que ocurre en la atmósfera. Básicamente,
en los años El Niño, las lluvias y la nubosidad se desplazan hacia Sudamérica,
principalmente hacia la región pampeana, ingresando por la provincia de
Mendoza, mientras que en años La
Niña, se orientan hacia Australia; los frentes de tormenta
pasan mucho más al sur, por el sur de la Patagonia argentina.
¿En qué momento impacta con mayor fuerza un fenómeno El Niño en el territorio argentino?
Por lo general, un Niño típico se manifiesta en la Pampa húmeda desde octubre a
diciembre, cuando genera condiciones más favorables para las precipitaciones.
Luego, en enero-febrero, pierde un poco de influencia y en marzo-abril, puede
reactivarse. Es decir, en la región pampeana la señal mas fuerte tiene lugar
durante la época primaveral, algo que no ocurre, por ejemplo, en el noroeste
argentino.
¿Con qué anticipación se puede saber que un año va a ser de características El Niño o La Niña?
Por lo general, ambos fenómenos comienzan en la segunda
mitad del año. Normalmente, los modelos ofrecen, en promedio, pronósticos
estacionales a seis meses, pero hay un momento del año, el otoño, en que son
menos confiables y tienen una validez que no supera los tres meses. Esto quiere
decir que en el otoño no podemos esperar un pronóstico que diga si el año será
Niño o Niña. Su confiabilidad va aumentando hacia el mes de agosto; entonces si
se puede hacer un pronóstico confiable a tres meses.
¿Cómo se diferencia un Niño débil de uno fuerte?
Cuando definimos un Niño débil, moderado o fuerte,
consideramos, en primer lugar, la temperatura del mar. Luego se toma en cuenta
la situación atmosférica. Para caracterizar una situación El Niño o La Niña, la anomalía positiva o
negativa de temperatura debe subsistir por lo menos siete meses.
El fenómeno El Niño tiene relación con el clima, pero no hay
que asociarlo necesariamente con mucha lluvia en la región pampeana. Para hacer
un pronóstico, hay que considerar otros factores, como la temperatura del Atlántico,
las condiciones del suelo, etcétera. Por otro lado, las precipitaciones
tempranas de julio y agosto no tienen vinculación con El Niño. Esa época
constituye un período de transición entre las condiciones de invierno y las de
primavera, con distinta circulación del aire, en la que es difícil efectuar
pronósticos. Los pronósticos para El Niño o La Niña son más seguros a partir de agosto.
¿Por qué se dan variaciones regionales tan fuertes en las lluvias, en distintas provincias argentinas, incluso en un año El Niño?
El ingreso de humedad en la Argentina tiene que ver
con el anticiclón del Atlántico y con la humedad proveniente del Amazonas. En
invierno, el aire que ingresa desde el Atlántico lleva humedad la Pampa húmeda y no al NOA;
por eso, durante esa estación no llueve en Tucumán, Salta y Jujuy.
En verano se suma la humedad proveniente del norte: de
Bolivia y del Amazonas. Por esa razón, para el NOA recién se puede empezar a
hacer un pronóstico de lluvias en noviembre.
Campaña agrícola 2012/13
Analicemos qué pasó en el último ciclo de granos grueso ...
El invierno comenzó con fuertes lluvias que provocaron
inundaciones en grandes áreas de la provincia de Buenos Aires. Septiembre también
dio lugar a precipitaciones abundantes, que se extendieron a toda la región
pampeana en octubre, superando el promedio histórico en Buenos Aires y en el
Litoral. Luego, en enero llovió muy poco o nada en muchas localidades, y las
temperaturas superaron los valores normales. Además, en la campaña se dieron
muchos eventos locales que provocaron una variabilidad muy grande en las
precipitaciones.
Haciendo un poco de historia, se advierte que los pronósticos
de agosto indicaban una alta probabilidad de un año El Niño, lo cual se mantuvo
en el mes de septiembre. En ese momento, las temperaturas del océano Pacífico
comenzaron a bajar, por lo que en la reunión de consenso que tuvo lugar en
octubre en el Servicio Meteorológico Nacional, el pronóstico cambio hacia una condición
neutral.
Semana a semana se fueron monitoreando las variables climáticas,
y recién a fines de octubre de 2012 se pudo definir que no habría una condición
El Niño. Las lluvias abundantes fueron provocadas por otros factores, como las
anomalías en la temperatura del océano Atlántico.
Fuente: Revista CREA Nro. 390 de abril
de 2013